jueves, 23 de julio de 2015

LOS VAIVENES DE LA REALIDAD. ACTITUD ANTE LA VIDA (y2)

LOS VAIVENES DE LA REALIDAD. ACTITUD ANTE LA VIDA (2)



        Continuando con la entrada anterior, habíamos dejado pendiente una narración, explicativa sobre la actitud ante la vida. Utilizábamos el texto preparado para un podcast en Ivoox, y un post del grupo de Facebook "Héroes del Pensamiento". Espero que os guste.


     " Un amigo, muy estresado, cansado de todo y todos; se quejaba hablando con otro, acerca de la vida. Lamentaba que todas las cosas le salían mal. Nada era bueno, todo estaba en su contra.
         No sabía como hacer, se sentía superado; vencido para seguir adelante, le faltaban hasta las fuerzas, se sentía desfallecer. Estaba a punto de darse por vencido.
         Estaba cansado de luchar y luchar, sin obtener ningún resultado. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
         Aquel amigo, llevaba tiempo escuchándole, con cariño y empatía. Era cocinero en un restaurante, e invitó al amigo a fuera con él al trabajo.

resilencia, salutogénesis, positividad, estrés, ansiedad, depresión, relax

         Allí tomó tres ollas con agua, y sin decir nada; las colocó en el fuego.
Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo.

         En una colocó zanahorias, en otra coció huevos y en la última echó granos de café.

         Y mientras charlaban de cualquier otra cosa, y su amigo le seguía contando cómo se sentía; las dejó hervir.
               Sin decir una palabra, solo mirando, asintiendo, sonriendo al amigo; y mientras esperaban. No obstante, el paso del tiempo y no saber qué estaba haciendo el cocinero amigo; y lo que era más importante, la relación que tenía aquello con él; esa persona superada, estresada; comenzó a impacientarse.
A los 20 minutos el cocinero apagó el fuego.

         Sacó los huevos y los colocó en un recipiente, sacó las zanahorias y las puso en un plato y finalmente, colocó el café en un tazón.

         Mirando al amigo le dijo: Esto es lo que he preparado ¿Qué ves?

         “Huevos, zanahorias y café” fue la respuesta.

         Le hizo acercarse, le pidió que tocara las zanahorias. Lo hizo, notó que estaban blandas, prácticamente se deshacían solas en los dedos.

         Después le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Le dijo que lo pelara, que le quitara la cáscara. Dándose cuenta que el huevo estaba duro.

         Luego le ofreció que probara el café, poniéndole delante el tazón. Por primera vez sonrió, le gustaba y le tranquilizaba esa deliciosa bebida; así que se la llevó a los labios y disfrutó de nuevo de ese sabor.

         Todavía no entendía a qué venía todo aquello, y qué relación tenía con él; así que sorprendido e intrigado le preguntó al cocinero:

         ¿Qué significa todo esto, amigo? ¿Simplemente querías invitarme a un café?

         Él le explicó, que los tres alimentos habían enfrentado la misma adversidad; la misma realidad, el mismo presente. La cocción en agua hirviendo.

         Pero cada uno, había reaccionado en forma diferente, a esa situación, a esa adversidad.

         La zanahoria era dura, fuerte. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había hecho blanda, fácil de deshacer.
         Los huevos habían entrado en el agua hirviente, frágiles. Esa cáscara fina había protegido el interior líquido, con su esencia y propiedades; pero después de estar un rato en el agua caliente, ese contenido se había endurecido.
         En cambio, los granos de café, después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua. Eran únicos.

         ¿Cuál de los tres alimentos eres tú? ¿Cuál quieres ser? Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes? ¿Qué preferirías si fueras uno de esos elementos que hemos hervido?
Le preguntó al amigo.

         ¿Eres, o prefieres ser; como una zanahoria que parece fuerte, pero cuando la fatalidad, la tristeza y el dolor te tocan; te vuelves débil y pierdes la fortaleza?

         ¿Eres como un huevo?, ¿Qué tiene un interior líquido, maleable, con un espíritu fluido; pero que después de un obstáculo, una pérdida grave, un cambio; una separación, un despido, se ha vuelto duro, impenetrable e inflexible?

         Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado, rígido; con un espíritu, un corazón, una personalidad endurecida; para que nada más pueda influir en tu vida?

         ¿O eres, o quieres ser un grano de café?

         Los granos de café han cambiado el agua hirviendo, algo que le causa dolor; algo que ha sucedido sin ninguna causa aparente o esperada.
Resulta que cuando el agua llega al punto máximo de ebullición, el café alcanza el mejor sabor y aroma.

         Tienes que intentar, o mejor lograr ser como ese grano de café.
Que cuando todo y todos, todas las cosas se pongan mal; tú puedas reaccionar en forma positiva, sin dejarte vencer por las circunstancias. Para que con tu actitud hagas que las cosas a tu alrededor mejoren, o que puedas vivirlas de otra manera.

         Siempre ante la adversidad, existe una luz que ilumina el camino. Igual que sabemos que existe el color negro, porque conocemos el blanco; nos sentimos felices porque lo comparamos con la tristeza de otros días.

         Cambia tu actitud, y comparte esa actitud con las personas que te rodean. Irradia optimismo, fuerza, aunque sea difícil y hasta doloroso. Podrás superar cualquier obstáculo y problema. No pierdas esa esencia que te hace ser como eres. Mi amigo".




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