martes, 20 de enero de 2015

LOS COMPLEJOS QUE NOS RODEAN. (1) SOBREVIVIR AL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD.

LOS COMPLEJOS QUE NOS RODEAN. (1) SOBREVIVIR AL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD.

ansiedad, estrés, relajación, relax, hábitos sanos, positivo


        Vamos a compartir otra serie de entradas, aprovechando esos post que de vez en cuando publico en un grupo de filosofía de Facebook "Héroes del Pensamiento". En ellos suelo escribir sobre el estrés, la ansiedad, la relajación, el relax, hábitos sanos; siempre desde un punto de vista positivo. Seguiremos hablando de los complejos en las siguientes entradas.


      A veces tener una nariz parecida a la de Cyrano, una voz estridente o tener una voz tenebrosa; tener aposentado algún kilo de más o de menos (en particular en zonas delimitadas de la Anatomía...), ser retraídos, tímidos; vivir continuamente acongojados o con miedo, incluso tener miedo a la vida; supone una tremenda losa. Un tremendo peso que llevamos encima cada segundo de la vida, que puede llegar a suponer graves problemas de salud física, mental y social. Esos manidos complejos.

       Asumirlos, entenderlos, racionalizarlos, "admirar" más objetivamente los propios defectos. Aprender a aceptarnos y a sentirnos orgullosos, de nosotros mismos. Son circunstancias, etapas vitales, de maduración que debemos recorrer. De no ser así, podemos desarrollar algún complejo.

       "Con la culona que soy, no me atreveré jamás a ponerme esta falda". "Vaya napia tipo grifo que tengo, prefiero que ni me miren". "Si yo fuera normal, me encantaría que me miraran; pero con estas lorzas y pistoleras, ¿que quiero?" "Pero qué cara de acelga caducada veo en el espejo todos los días, antes de que se rompa".

       Más de una vez hemos oído, o dicho estas afirmaciones; o parecidas. Son imágenes exageradas, y con frecuencia; en nosotros mismos; distorsionadas.

       Eso es lo que son, los complejos: percepciones distorsionadas que tenemos de nosotros mismos, de nuestras características, valía; y/o habilidades.

       Esa imagen propia y de nuestras capacidades, principalmente se basa en los mensajes que recibimos en la infancia. Donde el entorno familiar es decisivo. Las opiniones de los padres y/o tutores, que nos caracterizan, valoran, y que denotan falta de apoyo y atención; favorecen que los niños "nos" sintamos inseguros y poco queridos, nada apreciados, en casa. Y crecemos con una baja autoestima, que influye de forma decisiva; en la formación del carácter posterior. No obstante, tampoco saquemos los pies del tiesto. Ser madre-padre, en el mayor y mejor sentido de la palabra, es un "trabajo" bastante difícil, cansado y en ocasiones hasta desalentador. Hay ocasiones en que el tutor, debe reconvenir a ese proyecto de adulto que vive en casa; expresando una opinión que entienda negativa, y no está promoviendo un complejo; está educando.

"Los vaivenes de la realidad. Actitud ante la vida." Sobrevivir y superar al estrés y la ansiedad. 3

http://www.ivoox.com/los-vaivenes-realidad-actitud-ante-la-audios-mp3_rf_3605014_1.html


       Tampoco debemos olvidar el entorno escolar, las características físicas sobresalientes,( ser muy alto, bajo, gordito, llevar gafas, tener una nariz muy larga, o chata) pueden ser objeto de burla por parte de los compañeros: "gafotas culo botella", "cuatro ojos" "jirafa" "culo pollo-pera-caído-plano" "teta rasa"... Todos hemos escuchado estos motes. También hasta relacionados con algún apellido o nombre.
       Tenemos claro que más grave que el mote en sí; es la actitud de ese niño, esa peque, hacia él.

       A medida que vamos madurando, hacia la adultez; aceptamos lo bueno y  malo que tenemos. Solemos adquirir más seguridad en nosotros.

       No obstante, durante la adolescencia, buscamos una identidad; mediante la aprobación de los demás, los iguales del grupo. En esta etapa de crecimiento y maduración, somos excesivamente sensibles (aunque se trate de esconder la inseguridad y las dudas que sentimos por dentro).

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       Los complejos, principalmente brotan en la adolescencia. Los adolescentes tienden a actuar, como si estuvieran siempre en escena. En un escenario ante una audiencia, muchas veces imaginaria. Sin olvidar modos y estereotipos, que marcan nuestra sociedad: la belleza, el éxito, la riqueza material, la juventud...

       Vamos madurando y nos hacemos adultos, vamos atesorando seguridad en nosotros mismos. Lo lógico es, que todos esos complejos vayan desapareciendo, y nos aceptemos con lo bueno y lo menos malo.

       No siempre es así. Tenemos semejantes que pasan la vida, alimentándolos, haciendolos más grandes, más gordos. Se martirizan, quejan. Intentan y piensan, cómo ocultarlos ante los demás.

Seguiremos en la próxima entrada.


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