LOS COMPLEJOS QUE NOS RODEAN. (1) SOBREVIVIR AL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD.
ansiedad, estrés, relajación, relax, hábitos sanos, positivo |
Vamos a compartir otra serie de entradas, aprovechando esos post que de vez en cuando publico en un grupo de filosofía de Facebook "Héroes del Pensamiento". En ellos suelo escribir sobre el estrés, la ansiedad, la relajación, el relax, hábitos sanos; siempre desde un punto de vista positivo. Seguiremos hablando de los complejos en las siguientes entradas.
A veces tener una nariz parecida a la de
Cyrano, una voz estridente o tener una voz tenebrosa; tener aposentado algún
kilo de más o de menos (en particular en zonas delimitadas de la Anatomía...),
ser retraídos, tímidos; vivir continuamente acongojados o con miedo, incluso
tener miedo a la vida; supone una tremenda losa. Un tremendo peso que llevamos
encima cada segundo de la vida, que puede llegar a suponer graves problemas de
salud física, mental y social. Esos manidos complejos.
Asumirlos, entenderlos, racionalizarlos,
"admirar" más objetivamente los propios defectos. Aprender a
aceptarnos y a sentirnos orgullosos, de nosotros mismos. Son circunstancias,
etapas vitales, de maduración que debemos recorrer. De no ser así, podemos
desarrollar algún complejo.
"Con la culona que soy, no me
atreveré jamás a ponerme esta falda". "Vaya napia tipo grifo que
tengo, prefiero que ni me miren". "Si yo fuera normal, me encantaría
que me miraran; pero con estas lorzas y pistoleras, ¿que quiero?" "Pero
qué cara de acelga caducada veo en el espejo todos los días, antes de que se
rompa".
Más de una vez hemos oído, o dicho estas
afirmaciones; o parecidas. Son imágenes exageradas, y con frecuencia; en
nosotros mismos; distorsionadas.
Eso es lo que son, los complejos:
percepciones distorsionadas que tenemos de nosotros mismos, de nuestras
características, valía; y/o habilidades.
Esa imagen propia y de nuestras
capacidades, principalmente se basa en los mensajes que recibimos en la
infancia. Donde el entorno familiar es decisivo. Las opiniones de los padres
y/o tutores, que nos caracterizan, valoran, y que denotan falta de apoyo y
atención; favorecen que los niños "nos" sintamos inseguros y poco
queridos, nada apreciados, en casa. Y crecemos con una baja autoestima, que
influye de forma decisiva; en la formación del carácter posterior. No obstante,
tampoco saquemos los pies del tiesto. Ser madre-padre, en el mayor y mejor
sentido de la palabra, es un "trabajo" bastante difícil, cansado y en
ocasiones hasta desalentador. Hay ocasiones en que el tutor, debe reconvenir a
ese proyecto de adulto que vive en casa; expresando una opinión que entienda
negativa, y no está promoviendo un complejo; está educando.
"Los vaivenes de la realidad. Actitud ante la vida." Sobrevivir
y superar al estrés y la ansiedad. 3
http://www.ivoox.com/los-vaivenes-realidad-actitud-ante-la-audios-mp3_rf_3605014_1.html
Tampoco debemos olvidar el entorno
escolar, las características físicas sobresalientes,( ser muy alto, bajo,
gordito, llevar gafas, tener una nariz muy larga, o chata) pueden ser objeto de
burla por parte de los compañeros: "gafotas culo botella", "cuatro
ojos" "jirafa" "culo pollo-pera-caído-plano"
"teta rasa"... Todos hemos escuchado estos motes. También hasta
relacionados con algún apellido o nombre.
Tenemos claro que más grave que el mote
en sí; es la actitud de ese niño, esa peque, hacia él.
A medida que vamos madurando, hacia la
adultez; aceptamos lo bueno y malo que
tenemos. Solemos adquirir más seguridad en nosotros.
No obstante, durante la adolescencia,
buscamos una identidad; mediante la aprobación de los demás, los iguales del
grupo. En esta etapa de crecimiento y maduración, somos excesivamente sensibles
(aunque se trate de esconder la inseguridad y las dudas que sentimos por dentro).
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Los complejos, principalmente brotan en
la adolescencia. Los adolescentes tienden a actuar, como si estuvieran siempre
en escena. En un escenario ante una audiencia, muchas veces imaginaria. Sin
olvidar modos y estereotipos, que marcan nuestra sociedad: la belleza, el éxito,
la riqueza material, la juventud...
Vamos madurando y nos hacemos adultos,
vamos atesorando seguridad en nosotros mismos. Lo lógico es, que todos esos
complejos vayan desapareciendo, y nos aceptemos con lo bueno y lo menos malo.
No siempre es así. Tenemos semejantes que
pasan la vida, alimentándolos, haciendolos más grandes, más gordos. Se martirizan,
quejan. Intentan y piensan, cómo ocultarlos ante los demás.
Seguiremos en la próxima entrada.
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