COMBATIR EL ESTRÉS--
--MIS HERRAMIENTAS---
APRENDER A DECIR QUE NO (A)
Después de estas
semanas, escribiendo sobre personalidades, actitudes, motivaciones…; mi
intención es ocuparme con las distintas herramientas que tenemos a nuestra
disposición para evitar el estrés, "domesticarlo" o superarlo. Y a
ser posible, la gran mayoría, serán MIS HERRAMIENTAS. Es decir, no sólo las que
han sido útiles para otras personas, también las que me sirven a mí, en el
camino diario, en el día a día. Las que íntimamente me capacitan para tolerar
el estrés, y hacerlo soportable. Obviamente, lo que para mí es "normal" y "útil" para otros puede ser que no.
Ya he repetido muchas veces que cada persona es única y especial, distinta e
igual, etc.
Cada ser humano debe plantearse las que necesita y
utilizarlas.
Algunas son más potentes que otras, pero todo dependerá de ti
mismo y de cómo las uses. La más potente que conozco, es la relajación. Hemos
hablado de respiración, posturas más o menos cómodas para relajarse, del punto
"kárate", de la estimulación del pulpejo interdigital, de listados
íntimos que luego mostrábamos a otra persona…
Mi intención era
seguir por ahí, y creo que será acertado hacerlo. No obstante, ahora creo que debo
"desnudarme sentimental y humanamente"; un poco ante vosotros para
que entendáis el por qué de mi "post" de hoy. Veréis. Últimamente,
los semáforos que utilizo para valorar los propios niveles de estrés, estaban
digamos en ámbar, alguno ya en rojo. Así que, me paré, e hice un examen de
conciencia, como diría un católico de la vieja escuela. Es otra herramienta,
que me ha sido útil y acompañado en mi experiencia vital hace ya bastante
tiempo, que utilizaba más o menos todos los meses. Últimamente, por pereza,
porque sigo siendo un "superhombre" y porque las tareas y ocupaciones
habían aumentado exponencialmente; la tenía abandonada. Llamadlo examen de
conciencia, autoafirmación (como en los grupos de auto-ayuda) o autocrítica
(como la llamaban las antiguas células comunistas, copiando a los antiguos
grupos de cristianos, que a su vez la adaptaron de los antiguos…). Vamos,
nombradlo como os parezca. El caso, es que la necesidad obliga, y lo
necesitaba.
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