DOLORES Y/O MOLESTIAS DE CRECIMIENTO EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
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Suele
ser frecuente que muchos niños y adolescentes, sufran dolores más o menos
inespecíficos en músculos, articulaciones y zonas específicas. En particular
por la tarde o en la noche.
No
suelen ser molestias muy agudas, pero si se repiten a lo largo de los días e
incluso, en algún momento se agudiza; solemos acudir al médico en busca de
remedio. Por regla general, aunque los muchachos se puedan quejar bastante; no
suelen encontrar una causa real, física para poder emitir un diagnóstico. Así
que suelen utilizar los términos "dolores de crecimiento" para
definirlo y tranquilizar a la familia.
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No obstante, éste es un término
diagnóstico que no existe. Digamos que forma parte de ese cajón de sastre que
aprovechan algunos profesionales, cuando no encuentran unas causas físicas
determinantes de una serie de síntomas. Es similar al conocido "será cosa
de los nervios" y demás. Hablamos de sucesos normales del desarrollo de
los bebés, niños y adolescentes que pueden provocar algunos síntomas. No se
sabe a ciencia cierta si son los causantes directos pero, como los síntomas son
leves y desaparecen solos, suelen servir para poner un nombre al padecimiento
del niño. Obviamente lo cierto, es que si por ejemplo una articulación crece
dentro del normal crecimiento de una persona, puede ser que provoque dolor, un
funcionamiento anómalo, algo de tumefacción…
Ahora bien, ¿existen realmente los dolores de crecimiento o son uno de esos
diagnósticos que se utilizan como cajón de sastre? A
continuación vamos a hablar un poco de ello, pues hay varias teorías al
respecto.
En el caso de los bebés,
utilicemos el ejemplo de los cólicos del lactante o la salida de los dientes.
Los peques lloran y no sabemos por qué, no hablan todavía y es su forma de comunicarse. Al explorarlos no encontramos una causa específica, hemos
descartado, el hambre, el frío, el calor, la necesidad de estar acompañado…
Sabemos que después de nacer, los bebés en los primeros meses de vida, acaban
de madurar físicamente; es decir que su aparato digestivo todavía no funciona
perfectamente con lo que no es capaz de hacer bien las digestiones. Regurgitan
comida, retienen gases, se les inflama ligeramente el abdomen. No existe una
prueba diagnóstica como tal que certifique que sean los famosos cólicos, los
culpables, pero todo apunta a ello. Es
considerado como algo normal.
Otro ejemplo lo tenemos con
los dientes, si el bebé se queja, tiene décimas de fiebre, se mete en la boca
la mano con rabia y llora; decimos que será "cosas de los dientes".
No obstante, no sabemos a ciencia cierta si duelen o no (aunque todos pensemosque sí), pero lo damos por hecho.
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Y lo siguiente, serán las
"molestias y dolores del crecimiento", en los que centraremos la
siguiente entrada…
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