domingo, 31 de mayo de 2015

SOBREPASAR LOS LÍMITES PSICOLÓGICOS (1) SOBREVIVIR AL ESTRÉS Y A LA ANSIEDAD.

SOBREPASAR LOS LÍMITES PSICOLÓGICOS (1) 

SOBREVIVIR AL ESTRÉS Y A LA ANSIEDAD.

aburrimiento, estrés, ansiedad, relajación, relax, límites, psicológicos


         Discernir cuando alguien sobrepasa un límite físico es más fácil (espero que alguno todavía recuerde aquel post que compartimos sobre los distintos "territorios" personales, grupales…). Hasta el más despistado, descuidado y/o indeciso se da cuenta de ello. Pero los límites psicológicos son más tenues, menos delimitados, sutiles; por lo que puede ser algo más complicado notar que alguien los está sobrepasando. Con personas desconocidas suele ser algo más fácil, pero con personas de nuestro entorno; en las que tenemos algún grado de confianza y/o cariño, puede ser más complicado y hasta sorprendente.


¿Somos capaces de detectar cuando alguien sobrepasa nuestros límites psicológicos? 

         En muchas ocasiones, la mayoría de problemas se deben; a que no somos conscientes de los propios límites, en el plano emocional. O en determinada circunstancia o momento, de nuestra vida no nos detenemos a valorarlos.  También es complejo determinar con precisión cuando alguien se ha pasado de la raya, ya que no hay una "aduana" clara. Incluso, preferimos conscientemente evitar un problema; solemos pasar por alto el incidente.
         No nos damos cuenta, que si esto es así a menudo, sin valorarlo como tal; extendemos de forma intangible esos límites, a veces más allá de lo que sería recomendable. Aclaremos que esta extensión no tiene por qué ser negativa en sí misma. Muchas personas creativas, inteligentes y sensibles se caracterizan por tener límites flexibles, maleables, plásticos; dispuestas a ampliarlos o restringirlos, cuando sea necesario.

         Sin embargo creo, que en determinadas ocasiones debemos hacer valer nuestros derechos psicológicos; ya que de lo contrario corremos un riesgo de sometimiento desde el punto de vista emocional. Esta forma de "agachar la cabeza" va acompañada por altas cargas de estrés (distrés, más bien), ansiedad, tristeza y ansiedad. Así que no está de más, aprender a detectar dónde se sitúa la demarcación propia. Sin olvidar que cada uno somos especiales, únicos e irrepetibles; y que además tenemos una propia escala de valores, que no tiene por qué coincidir con la de otra persona.   

         Repasando algo de bibliografía, y a algunos expertos en estos temas; podemos considerar algunas señales de alarma:

Dudas de tu decisión al escuchar otro criterio.

         Vale aclarar que cuando nos encontramos ante una encrucijada, es normal que consultemos a otras personas para escuchar su criterio. En ocasiones estos puntos de vista, nos pueden hacer cambiar de idea y no hay nada de malo en ello. De hecho, se trata de un proceso enriquecedor.

         Pero hay ocasiones en que pueden intentar manipularnos, cuando hemos tomado esa decisión. Un ejemplo clásico: los padres que afirman que apoyarán de manera incondicional a su hijo, pero después cuestionan continuamente; esa decisión con intención de que cambie el rumbo.

Te culpas por las cosas que salen mal

         Pero de todo, o casi todo. El mundo "mundial" ni siquiera tiene parte. Consideras que cualquier cosa que sale mal, en el trabajo, en casa; es culpa tuya.

         Si esto es así, vigila. Es probable que exista alguien en tu entorno que está violando tus límites. Y de distintas maneras o formas: personas que con su sonrisa traicionera, te dicen a modo de broma (quitándole hierro al asunto) que siempre estás metiendo la pata; olvidándose de todo lo positivo que haces o decides; también haciendo que cargues con sus responsabilidades convenciéndote de que son tuyas…

aburrimiento, estrés, ansiedad, relajación, relax, límites, psicológicos

         Asumir la responsabilidad por una de nuestras acciones equivocadas, es un acto loable y hasta de justicia. Aprendemos y nos enriquecemos por los procesos de acierto-error que todos los días vivimos. Pero que cada uno soporte el peso de su responsabilidad. Y si no nos damos cuenta, y lo toleramos, estaremos contribuyendo a ello. Imagina un proyecto para el trabajo realizado con un compañero, pero resulta que a la hora de comentarlo en público; por la razón que sea no has llevado la voz cantante. Puede ser que ese "compañero" (las comillas en compañero van con toda la intención del mundo) se apropie del éxito, o promueva que los demás así lo vean. Eso no significa que no hayas trabajado duro para llegar hasta ese punto y ese esfuerzo debe ser reconocido. Por tanto, esa persona está invadiendo tu espacio al apropiarse de un mérito que también es tuyo. No te culpes, lucha por lo que te corresponde. Recuerda, que de no ser así, si el proyecto no funciona; ya se encargará de echarte toda la carga culpabilizadora. 



OTRAS ENTRADAS:

SOBREVIVIR AL ESTRÉS Y A LA ANSIEDAD. LIBERTAD INTERIOR (y 3)



No hay comentarios:

Publicar un comentario