ANSIEDAD SOCIAL (1)
HERRAMIENTAS CONTRA EL ESTRÉS
Esta entrada y la siguiente, proviene de un post publicado en el muro de Facebook, "Héroes del Pensamiento", en el que intento buscar aspectos positivos a muchas circunstancias que provocan estrés, ansiedad, nerviosismo, depresión...
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-----Cuando vivir en sociedad se convierte en un problema…
Somos seres
sociales, que en muchos casos, tenemos una individualidad muy marcada. Pero que
vivimos y existimos, en relación con otros; en todas las esferas: física,
psíquica, social y trascendental. Queramos o no. Incluso hasta el eremita más
escondido y apartado, comparte alguna relación con los semejantes en alguna de
las esferas.
Esos actos,
relaciones sociales no debemos confundirlas con el concepto generalizado, de
una situación muy definida; que se sale de la normalidad con ocasión de un
momento especial en el camino vital: una fiesta, un premio, evento, una pérdida
o una "reconvención" extraordinaria. Las situaciones sociales
incluyen a todas las interacciones con otros individuos y/o culturales. Desde dar los buenos días a un compañero de trabajo, hasta subir al podio para colgarnos la medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. En variedad de escenarios
y a lo largo de las etapas vitales.
Hemos hablado
anteriormente, que el estrés, la ansiedad; se manifiestan muchas veces como una
sensación de angustia difusa, que provoca numerosos síntomas físicos,
psíquicos, y psicosomáticos. Sudamos, nos falta el aire, nos duele el estómago,
parece que el suelo nos traga… Además, pocas veces somos capaces de determinar
la causa; pero entre esa menor proporción manifestamos que aparecen en
situaciones sociales. Esta ansiedad
social es uno de los trastornos psicológicos más frecuentes. De hecho, se
estima (valorando distintos estudios realizados) que, en algún que otro grado,
llega a afectar a 13 de cada 100 personas. Es más común en los hombres, y
provoca verdaderos problemas por los distintos pensamientos anticipatorios
negativos que genera. Y durante la adolescencia, es natural dentro del ciclo
educativo y evolutivo.
Y resulta que
este sentir perjudicial premonitorio, genera un círculo vicioso que intensifica
el trastorno; retroalimentándolo. Los expertos lo etiquetan como ansiedad
social. Hay que aclarar que evitar las situaciones sociales más o menos
desconocidas, poco habituales, no deseadas, vergonzosas…; es una respuesta
perfectamente normal porque todos tendemos a evitar el sufrimiento, el
nerviosismo, sentirnos avergonzados.
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Esta ansiedad
social a menudo viene precedida por una angustia mental, o sea, por un conjunto
de pensamientos negativos que disparan una reacción en cadena. Anticipamos la
situación, y empezamos a preguntarnos, si nos vemos bien, si la vestimenta es
adecuada; qué pensarán los demás de nosotros, o si podremos hablar acabando las
palabras…
En resumen, generamos una gran expectativa (que en alguna situación será real, pero la mayoría no) sobre la idea que los demás se formarán de nosotros. Y se disparan
las distintas reacciones físicas y psíquicas. Nos oprime el pecho, falta el
aire, nos ponemos colorados, sudamos, tenemos náuseas, se acelera el pulso, la
respiración y hasta el discurrir del pensamiento, con una sensación de que la
mente se nubla.
Desde luego,
no es nada agradable. Así que hay personas que optan por la salida más fácil
(que incluso llega a ser la "única" que vemos), huir, evitarlo, no
acudir a lo que sea. Nos convertimos poco a poco en personas que van evitando
en lo posible cualquier situación social que provoque la desazón, cada vez más.
Hasta llegar al caso más extremo, de aislamientos casi totales. Sólo se
mantiene contacto con un par de amigos, conocidos con los que interactuamos
cuando es imprescindible una relación interpersonal.
El círculo vicioso de la ansiedad social.
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