sábado, 8 de noviembre de 2014

CUANDO DECIMOS "ME ABURRO" (2). SOBREVIVIR AL ESTRÉS Y A LA ANSIEDAD.

CUANDO DECIMOS "ME ABURRO" (2). SOBREVIVIR AL ESTRÉS Y A LA ANSIEDAD.

estrés, ansiedad, aburrimiento, relax


 Seguimos con otra entrada sobre el aburrimiento...


       En estudios de hace ya algunos años, superados; se sostiene que el aburrimiento provoca apatía, bajo rendimiento, insatisfacción o comportamientos criminales. Hoy en día, se valora totalmente al contrario: que potencia la creatividad, la autonomía; y hace que la persona sea más resistente a la frustración. El tedio promueve la originalidad y el auto conocimiento.

         Estas ideas, comenzaron a evolucionar en los años setenta del siglo pasado, cuando se demuestra experimentalmente que el aburrimiento, en realidad es una fuerza poderosa para presionar a las personas y estimular su creatividad. Y los experimentos fueron absolutamente básicos: coges un grupito de individuos como población diana, y les sueltas un montón de cuestionarios absolutamente empalagosos y extensos. A medida que la gente se va aburriendo, empiezan algunos a reaccionar soltando respuestas originales, divertidas, e irónicas. Como forma, mecanismo de defensa ante el hastío. Claro que no todo el mundo funciona igual, pero alguno es capaz de sacar a la superficie a ese ser absolutamente creativo que llevaba dentro.   
         Aburrirse,  permite conectar con nosotros mismos, explorar nuestros conflictos (obviamente si nos da por ahí), y sacar a la luz facetas positivas. Puede ser una herramienta para encontrarnos y reflexionar.


         Sigamos profundizando algo en la cuestión, porque si no, el post va a quedar algo "chuchurrío", aburrido e impresentable.

         La definición más internacional de aburrimiento es: “no tener nada que hacer” y todos hemos sido víctimas del mismo. Ante la definición, podemos plantearnos la cuestión: ¿el aburrimiento es simplemente una situación monótona ante la cual reaccionamos, o hay un mecanismo profundo en la materia gris, que nos compulsa a aburrirnos?

         El hastío es un tópico bastante reciente en la investigación psicológica, social y psiquiátrica. Los primeros estudios en lo que se habla de ello, datan de comienzos del siglo XX, realizados como siempre (digo como siempre, porque primordialmente se buscaba un beneficio económico, no muy humano…) en trabajadores.  En esa época, se relaciona el aburrimiento con la fatiga mental. Es una consecuencia de la repetición y la falta de interés en las actividades de carácter repetitivo. No obstante, ya se "nota" que había individuos, que no eran susceptibles a aburrirse.
         El aburrimiento comenzó a estudiarse a nivel de laboratorio, algo más tarde; llegándose a la conclusión de que era un estado similar a la somnolencia; lo valoraron como una mezcla de una activación baja y una falta de motivación. A mediados de siglo, intentan comprenderlo desde un punto de vista psicoanalítico y se afirmaba que el mismo, era el resultado de una represión. La persona se queda sin deseos, objetivos y con una falta de voluntad aparente.

         Hasta que no llegamos a los 70-80, no se comienza a tener del tedio, una visión comprensiva y global. Se descubrió que había personas que mostraban una tendencia al aburrimiento, y éstas también; presentaban una mayor probabilidad de desarrollar ansiedad, depresión, ira, conductas agresivas y adictivas; y a desempeñarse peor en las situaciones de interacción social. Hoy por hoy, se tiene conocimiento de que las personas extrovertidas, tienen una mayor propensión al aburrimiento; ya que vivencian una búsqueda continua, de nuevos estímulos. Al contrario, las personas creativas, con intereses diversos, tienden a aburrirse menos al motivarse a sí mismas para hallar un nuevo estímulo.

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         Igualmente, conocemos que los individuos que se concentran más en estados emocionales; se aburren más. El hecho de estar demasiado pendientes de los sentimientos, hace que nuestra atención se desvirtúe de las tareas que realizamos, que se conviertan en monótonas y faltas de interés.
         Siempre, eso sí, marcando diferencias individuales y de propensión (incluso perfectamente delimitadas) entre distintas personas. 



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SOBREVIVIR AL ESTRÉS Y A LA ANSIEDAD. LIBERTAD INTERIOR (y 3)



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