MASAJE SENSITIVO, ESPALDA (B)
HOMBROS, COSTADOS
En el último vaivén, podemos apoyar los pulgares por debajo de los riñones y masajeamos con los pulgares haciendo círculos, la zona que encontramos a ambos lados del final de la columna (justo donde comienzan los glúteos y NUNCA ENCIMA DE LA COLUMNA VERTEBRAL). Es importante realizar cambios de presión (de forma enérgica, pero sin llegar a molestar). Algún profesional llama a esta maniobra el ténue escalofrío, y también el estremecimiento pues provocamos una estimulación de centros muy sensibles de la persona que recibe el masaje.
Subiremos con los pulgares, a lo largo de los laterales de la columna, con movimientos circulares uniformes y lentos.
Seguiremos por uno de los hombros con los círculos entre columna y omóplato. Podemos hacerlo también alternando las manos. Concentraremos más los círculos en la zona próxima al cuello. Y desde aquí deslizaremos los pulgares hacia fuera del hombro, hacia su parte final, con ambos dedos paralelos o alternos, en la franja del omóplato y la clavícula. Luego trabajaremos el otro hombro.
Al acabar el movimiento del orador, podemos completarlo con un amasamiento nudillar desde el inicio de los glúteos hasta el cuello. Cerramos las manos y ponemos los nudillos paralelos a ambos lados de la columna, y vamos deslizando con una ligera presión hasta arriba. Si queremos repetir, para bajar utilizamos de nuevo las palmas o las yemas de los dedos, o la técnica del orador.
Para terminar con la espalda amasaremos LOS COSTADOS:
Amasaremos, literalmente, el área lateral comprendida desde la cadera hasta cerca de las axilas. Primero en un costado y luego en el otro, alternando el movimiento lento de las manos, en dirección a la columna.
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