EL FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO ESTRESADO.
Publicado en Facebook "héroes del pensamiento" grupo de filosofía
"Un cerebro tranquilo es
lo esencial para una vida buena…"
Y. Thériault
No
consigo recordar, en la nube entrópica cuántica de mi desmemoria; el momento en
mi adolescencia, en que tuve información del llamado "cerebro reptiliano,
o de los dinosaurios". Eso sí, existe una chispa de recuerdo que me dice que fue gracias al Maestro Pinillos, en
un librito comprado de segunda mano, en la Cuesta de Moyano de Madrid. Era
"La mente humana". Tampoco recuerdo si el lomo marrón del librillo me
tentó desde las mesas expuestas en la acera, o lo adquirí motivado por la
"recomendación" obligada de alguno de mis profesores de la época.
Vaya
por delante, todo este párrafo de desvarío; para explicar que disfruté el
libro, y que Don José Luis, establecía a grandes rasgos, que podíamos entender
la estructura del cerebro, dividida en tres grandes capas superpuestas una a
otra, atendiendo a su antigüedad y devenir evolutivo. La capa más profunda y
por tanto más antigua, pequeña y primitiva, era el cerebro reptiliano. Desde
ese momento, tal teoría la he visto expuesta en distintos soportes, tiempos y
pareceres. Con palabras y/o exposiciones similares o ligeramente variadas, pero
con el fondo inalterado. Así que aquí va.
Podemos
decir que atendiendo a esa antigüedad y evolución, el cerebro tiene 3
secciones:
- el cerebro reptiliano: pequeño y más profundo, se encarga de controlar las actividades automáticas del cuerpo, como puede ser el ritmo cardíaco, mantener una temperatura interna corporal para que el cerebro no "arda", respirar; y los instintos más primarios, como el de supervivencia.
- el cerebro límbico: envolviendo al cerebro primigenio, que ocupa la mayor parte del volumen cerebral, responsable de las emociones.
- el córtex, o cerebro cortical: una fina película de células en forma de capa externa, donde se producen las funciones superiores del ser humano, como puede ser el acto de pensar.
Cuando
nos estresamos, por la razón que sea, el cerebro reptiliano, estimula un órgano
llamado amígdala en la zona límbica, que emite distintos mensajes de acción (eléctricos,
hormonales…); uno de ellos va dirigido a las glándulas suprarrenales, para que
produzcan adrenalina y cortisol a toda máquina. La primera provoca una acción
defensiva o agresiva urgente de todo el cuerpo, y la segunda resistencia física.
Si
esta reacción se mantiene a lo largo del día, o de los días, nuestro cuerpo es
capaz de soportarlo a marchas forzadas; pero termina agotándose. Abandona
porque no lo soporta más. Podemos "quemarnos".
Richard Davidson descubrió, no hace mucho,
que para inhibir las reacciones de estrés exageradas, necesitábamos que el lóbulo
prefontral izquierdo del cerebro, se activara. De esta manera se inhibían esos
famosos mensajes urgentes que emitía la amígdala; gracias a las hormonas y
endorfinas, productoras de relax y bienestar.
¿Y
cómo activamos esa zona? Fácil, bueno, bonito y barato:
CON UN PLACER INMEDIATO, CON UN RECUERDO
FELIZ, CON UN PENSAMIENTO DE RECOMPENSA O PLACER FUTURO, UTILIZANDO UNA
HERRAMIENTA LLAMADA RELAJACIÓN, MEDITANDO.
Así
que blanco, en botella, y de la vaca; ya sabéis………………
(Nota: me encanta que los
USA se vayan a gastar una pasta, para intentar descubrir los secretos íntimos
de nuestro fantástico "procesador personal", con un cerebro español
exiliado intelectual a su cabeza.)
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