DISTINGUIR UNA CRISIS DE ANSIEDAD Y/O ESTRÉS. B --------
HERRAMIENTAS CONTRA EL ESTRÉS
A menudo se percibe
la sensación de peligro inminente y algunos incluso creen que van a morir.
- Palpitaciones
- Sudoración o sofocos
- Temblores o escalofríos
- Sensación de falta de aliento o ahogo
- Sensación de atragantarse
- Opresión o malestar torácico
- Náuseas o molestias abdominales
- Inestabilidad o mareo. Lipotimia
No se presentan,
obviamente, todos juntos. Más o menos, médicamente se considera que existe una
crisis de ansiedad, cuando se viven por lo menos cuatro de ellos en el episodio.
A nivel psíquico
y psicológico, los síntomas más frecuentes, suelen ser:
- Despersonalización: una sensación muy desagradable
y rara en
la que el que la sufre, se percibe como si fuera un extraño. O que está en un
mundo irreal que no le corresponde.
- Miedo a perder el control (si esto se repite mucho puede
aparecer miedo a volverse loco)
- Miedo intenso a morir (obviamente los síntomas físicos son muy
preocupantes) y el dolor sentido puede ser insoportable.
- Parestesias, sensación de entumecimiento u hormigueo,
generalmente en brazos o piernas.
- Deseo irrefrenable de escapar, de salir huyendo; del lugar
donde ha tenido lugar la crisis.
Pero el principal
problema que estas crisis generan en una persona, es el miedo. La
persona comienza a tenerle miedo al primer episodio, y está en estado de
vigilancia extrema respecto a las posibles crisis posteriores. Se crea un círculo
vicioso, y el hecho de notar el mínimo síntoma (esté relacionado o no con
el estrés o la ansiedad) hace que el miedo aumente, provocando una nueva
crisis.
Estas crisis,
en gran parte de personas, son respuesta a un estímulo del medio; que les
provoca tensión y ansiedad, (hablar en público, pérdida de un ser querido, un
examen, enfrentarse a fechas límites en las entregas de proyectos…). Con otras
personas, no es así, ya que se mezcla el medio
con otras variantes más personales, circunstanciales, de carácter, etc.
El
trabajo para superarlas, así como a la ansiedad y estrés en general, se orienta
a demostrarle a la persona que los síntomas de la crisis de angustia no son
mortales y que hay que tenerlos presente, pero no temerles. Utilizamos técnicas
de relajación y de control de la respiración, para controlar las primeras
señales. En caso de no ser suficientes estas medidas, el siguiente escalón es
añadir trabajo psíquico y psiquiátrico, y medicación.
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