PIES--- MASAJE SENSITIVO 1

UNA RELAJANTE MANERA DE RELAJARSE

PIES--- MASAJE SENSITIVO 1

                         Un buen masaje de los pies, por regla general, es una grata experiencia, llena de multitud de sensaciones relajantes, calmantes, placenteras. Algunas técnicas de masaje se circunscriben exclusivamente a la planta del pie dónde se reflejan todos y cada uno de los órganos del cuerpo (ACUPRESIÓN, REFLEXOLOGÍA).

                     Recordemos que la persona que recibe el masaje, sigue tumbada boca abajo después de

haber trabajado los miembros inferiores. Con el pulgar y el índice pellizcaremos suavemente el tendón de Aquiles varias veces. Después, con la yema de ambos pulgares, haremos presiones (con cierta fuerza) siguiendo el arco lateral del talón  (donde se inserta el tendón los dedos estarán juntos y se irán separando de forma simétrica a la dcha. e izda. del arco); en 3 ó 4 puntos.                                

Después seguiremos a lo largo de toda la planta del pie. Además de estas presiones, también podemos trabajar la planta del pie en toda su extensión amasando con las yemas de los pulgares. 

   Para terminar cerraremos nuestro puño y haremos presiones con los nudillos, con una fuerza sensible, describiendo como dos cruces: en la zona del talón más estrecha y en la zona plantar, más ancha. En vez de los nudillos, también podemos utilizar el canto de la palma de la mano, aunque con los primeros es más fácil conseguir presión.

Si el que recibe el masaje está tumbado en el suelo, podemos masajear la planta del pie, con los nuestros, subiéndonos encima, con mucho cuidado y mimo. Primero colocaremos nuestros talones, encima justo del pulpejo que existe donde acaban los dedos (zona plantar), después lo haremos un poco más arriba y hasta que nuestros talones, prácticamente lleguen a la mitad de la planta del que recibe el masaje. Es muy importante, que antes de realizar esta técnica valoremos la corpulencia de las dos personas, si necesitamos un lugar para apoyarnos y descargar parte de nuestro peso o mantener el equilibrio. En distintos trabajos, a esta maniobra se la denomina “caminar por el cielo” o “písame”.

     A modo de despedida de toda la parte de atrás del cuerpo (sin olvidar que todavía debemos masajear más los pies), haremos dos ó tres fricciones muy suaves, o caricias, con ambas manos bien extendidas, que abarcarán desde las plantas de los pies, subirán despacio por piernas, muslos, glúteos, espalda hombros, parte de atrás de brazos y manos. Desde aquí, las dos manos irán a juntarse en la base del cuello, volviendo a bajar hacia los pies, deslizándose de forma paralela a la columna vertebral.

                         Llegados a este punto, le pedimos a la persona que recibe el masaje, que se ponga boca arriba (decúbito supino). Por muy mal que se nos haya dado, lo hará remoloneando, relajado/a y nos dirá que estaba muy a gusto para moverse.

                           Seguimos trabajando los pies, extendemos aceite y/o crema en toda su superficie:

         Con la yema de todos los dedos, con ambas manos hacemos movimientos circulares alrededor de todo el tobillo  
Los círculos serán lentos y cuidadosos. Si lo preferimos podemos utilizar sólo las yemas de los pulgares.

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