viernes, 2 de octubre de 2015

CAMBIOS RADICALES (2). SOBREVIVIR AL ESTRÉS Y A LA ANSIEDAD.

CAMBIOS RADICALES (2). SOBREVIVIR AL ESTRÉS Y A LA ANSIEDAD.



       Terminemos con la entrada anterior,en la que intentábamos discernir si un cambio radical puede ser una solución, o un nuevo problema a nuestras vidas. En los últimos párrafos, comentábamos distintas experiencias, opiniones de experto, sobre ventajas e inconvenientes…


         --El cambio radical no es una varita mágica. Cuando estamos llenos de problemas, es normal que asumamos una actitud pesimista y que creamos que nada funciona en nuestra vida.

         Sin embargo, si adoptamos cierta distancia emocional nos daremos cuenta de que no es así. Hay áreas que debemos “retocar” y otras que funcionan bien y que nos pueden servir de base para el cambio que verdaderamente necesitamos. ¿No hay absolutamente nada positivo, que echarías de menos si fueras otra persona? ¿Estás seguro que es una solución instantánea a todos tus problemas?
 
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         --Por regla general, el cambio es algo que no nos suele gustar ni contentar. Muchas veces nos da miedo. Llegados al extremo de un cambio total nos concentramos en los resultados esperados, nos vemos al final del trayecto. Tranquilos y satisfechos con lo que hemos logrado. Pero no nos paramos en valorar el trayecto, que como todo lo tiene. No es sencillo, y suele requerir grandes sacrificios, asumir riesgos; e incluso puede significar lanzarse desde un acantilado sin saber si al final el agua amortiguará la caída.
         Claro que si lo valoramos nos da miedo.

         Antes de llegar a decisiones extremas es recomendable cuestionarse: ¿existe alguna manera más segura, práctica o menos costosa, desde el punto de vista emocional para emprender el cambio?

         --Hay multitud de experiencias de personas que han vivido ese cambio radical, como si fuera una panacea. Pero resulta, que al llegar a esa especie de paraíso; allí también se plantean nuevos retos, problemas, barreras… Han sufrido decepciones bastante profundas, y se llegan a plantear que tantos esfuerzos no han merecido la pena. Así que es bastante importante preguntarse si buscas el Nirvana o simplemente poder sentirte mejor?

         --Tener en cuenta que cambios tan drásticos, que muchas veces son inespecíficos; nos hacen darnos cuenta que no sabemos ni por dónde empezar. Con lo que no hacemos nada por cambiar. Esto puede generar una gran frustración, porque continuamente comparamos la situación que vivimos con esa especie de utopía que poco a poco se instaura en nuestra mente; a la que no nos vemos capaces de llegar.

         --Para acabar, retomemos el concepto anterior del efecto mariposa. Antes lo comentábamos en una vertiente negativa. Pero también tiene otra mucho más positiva. Si cada una de nuestras pequeñas decisiones cotidianas y nuestros hábitos, dan lugar a cambios con el paso del tiempo; ¿Por qué no promover que nuestros pequeños "aleteos" sirvan para mejorar nuestra situación? Eso sí, teniendo en cuenta que no se trata de una, sino de muchas decisiones pequeñas; cuyas consecuencias a menudo pasan desapercibidas. Hay que tener paciencia, e implica que nosotros podemos cambiar aquí y ahora, para lograr los resultados que deseamos y acercarnos a nuestras metas.

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         Todo esto no significa que el cambio radical no sea posible y, en algunos casos, incluso necesario. Pero tanto como si queremos ser drásticos, o mejorar día a día nuestras vidas; no está de más tener en mente estas ideas. Probablemente, con pequeños cambios en lo negativo, no será necesario ser radicales.



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